Finalmente y tras la polémica desatada, el gobernador Omar Perotti resolvió que el teniente coronel retirado José Alberto Bernhardt no asuma como director del Servicio Penitenciario. La decisión se tomó el día previó a que el mandatario parta rumbo a medio oriente en una visita oficial de dos semanas. De esta manera se despeja el frente de tormenta que había generado la reaparición del ex integrante del Batallón de Inteligencia 601, ocupando nuevamente un lugar en el gabinete de Seguridad, como lo había hecho en los gobiernos de Jorge Obeid y Carlos Reutemann.
El regreso de Bernhardt a la esfera provincial al frente del Servicio Penitenciario, en reemplazo de Jorge Bortolozzi, salió a la luz el viernes pasado, es más el decreto con su nombramiento ya estaba listo, tenía la firma del Ministro de Seguridad, Jorge Lagna, y sólo faltaba la rúbrica del gobernador.
Pero desde que se conoció la decisión de nombrar a Bernhardt saltaron críticas desde distintos lugares de la política y de los organismo de Derechos Humanos, recordando el paso del militar retirado, entre 1982 y 1983 (los dos últimos años de la dictadura militar), por el tristemente célebre Batallón de Inteligencia 601, implicado en la desaparición de personas.
Si bien ayer no hubo explicaciones a la decisión de abortar su nombramiento, se supo desde fuentes gubernamentales que Bernhardt “no asume porque no quiere romper el consenso que logró el gobernador en el tema seguridad con todas las fuerzas políticas y la sociedad civil”, y que su llegada pondría en riesgo.
Todo parece indicar que habría sido el propio Bernhardt, quien al ver el reguero de críticas que generó su nombre, le dijo a Perotti que su llegada, lejos de solucionar algo iba a generar un descontento y sumar nuevos problemas en un tema ríspido como es seguridad, por lo cual prefería dar un paso al costado, algo que Perotti aceptó de buen grado y volver a fojas cero.
“Bernhardt siempre dijo que está para sumar, pero que si su nombre genera ruido es mejor no asumir en el cargo”, explicaron desde el gobierno provincial.
Las críticas al militar retirado vinieron desde el Foro contra la Impunidad y por la Justicia de Santa Fe, la agrupación Hijos, Familiares de Desaparecidos y Detenidos por Razones Políticas y la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos de Rosario.
Otra voz que se alzó la ex senadora Marilín Sacnun (FdT), quien señaló “imposible permanecer callada frente a la designación a cargo del Servicio Penitenciario a José Bernhardt, quien revistó en el centro operacional de Inteligencia Militar. El Nunca Más no es una mera declamación sino una política de Estado que debe sostenerse”.
“El nombramiento del ex teniente coronel José Bernhardt al frente del Servicio Penitenciario es inadmisible. Pero se inscribe en el permanente reciclaje de represores en la historia democrática de Santa Fe. En nuestro libro “Matar robar, luchar para vivir”, del año 2004, dimos cuenta de parte de este permanente retorno de los brujos. Bernhardt era el hombre que trasladaba los detenidos de La Calamita como en su momento lo denunció el ex comisario Luis Galanzino”, dijo el diputado provincial de Frente Social y Popular Carlos del Frade.
El que salió a defender la designación de Bernhardt fue el secretario de Asuntos Penales y Penitenciarios, Walter Gálvez, quien manifestó que “si no hay una causa judicial que amerite algún cercenamiento en su función entramos en situaciones complicadas. Esto ya se habló hace 15 años atrás”, pero que a la luz de los hechos dejó en offside al funcionario de Seguridad.
Bernhard fue subsecretario de Seguridad Pública en la primera gestión de Obeid. Asesor en el segundo mandatado de Reutemann y nuevamente con Obeid, subsecretario de Emergencias.