Cómo llegan Kamala Harris y Donald Trump al debate para las elecciones presidenciales en Estados Unidos


La vicepresidenta y candidata demócrata a la Casa Blanca, Kamala Harris, y el exmandatario y candidato republicano Donald Trump se medirán este martes en un debate que será crucial de cara a las elecciones presidenciales de los Estados Unidos el próximo 5 de noviembre. Será el primer enfrentamiento cara a cara entre ambos candidatos, luego de que Harris asumió la candidatura demócrata en reemplazo del presidente Joe Biden.

Trump llega al debate con las encuestas a favor, en lo que parece una elección cerrada con pocos puntos de diferencia entre el expresidente y la candidata demócrata. A principios de julio el empresario sufrió un intento de asesinato mientras realizaba un acto de campaña en Pensilvania. El episodio que podría haber marcado la historia política de EE.UU. resultó favorable al candidato republicano que lo cargó de épica y precipitó la renuncia de Biden por la diferencia marcada en las encuestas.  

Harris quedó posicionada, entonces, como la candidata del partido demócrata, con un impulso inicial que llevó a romper records de recolección de fondos de campaña hasta ser confirmada oficialmente como la candidata en la convención realizada en Chicago. Las encuestas que la ponían por encima de Trump en esas primeras semanas, ahora parecen haberse ajustado en favor del republicano, según los medios estadounidenses. 

¿Cómo se prepararon los candidatos?

Los medios estadounidenses dieron cuenta en estos últimos días de intensos preparativos por parte de Harris, que redujo sus actos públicos e incluso organizó simulacros, según la CNN. Trump se burló el sábado en un acto de campaña de la preocupación de su rival, si bien señaló que, pase lo que pase, no recibirá una valoración justa a nivel mediático.

La vicepresidenta y ex fiscal general del Estado de California se espera que lleve al debate su enfoque agresivo, pero calibrado, en el que intenta combinar los chistes con detalles que formen una narrativa más amplia, según un análisis de la agencia de noticias Associated Press. Según los análisis previos al debate, Harris cuenta con una táctica a la que recurre para volver a inclinar los debates a su favor: decir que está contenta de responder una pregunta mientras ordena sus pensamientos para explicar una postura que está cambiando o defender una del pasado. 

Los aliados de Harris advierten que Trump puede ser un oponente desafiante e impredecible que oscila entre críticas políticas, ataques personales y falsedades o teorías conspirativas. A pesar de toda la experiencia de la actual vicepresidenta en debates, el del martes sigue siendo un escenario nuevo para ella y de gran magnitud.

El candidato republicano previsiblemente no se saldrá de su línea dura frente a la que lleva semanas refiriéndose como “camarada Kamala Harris” y culpando de toda una batería de supuestos desastres, entre ellos la llegada de inmigrantes de forma irregular. Incluso en el seno del partido republicano hay quien le piden que deje de exagerar y aterrice el discurso con alguna propuesta concreta.

Harris llega con más de tres años de vicepresidencia a sus espaldas pero siendo una desconocida para gran parte del público hasta hace apenas dos meses. A fines de agosto dio su primera entrevista, donde se vio obligada a justificar sus cambios de opinión política y alegó, por ejemplo, que ahora ya no es partidaria de prohibir el “fracking” para obtener energía.

La campaña de Trump se jactó este lunes de la preparación a la que está sometiéndose Harris para su primer debate presidencial y afirmó que nadie puede estar preparado para los golpes imprevistos del republicano. “No puede prepararse para el presidente Trump. Simplemente no hay forma de hacerlo. Es como imaginar a un boxeador tratando de prepararse para Floyd Mayweather o Mohamed Ali, simplemente no sabes desde qué ángulo te van a atacar”, apuntó en una llamada con medios de comunicación el asesor principal de campaña, Jason Miller.

Micrófonos silenciados y sin público

El debate organizado por ACB News comenzará a las 22 horas de Argentina y durará 90 minutos. Los presentadores David Muir y Linsey Davis serán los moderadores y, tal como sucedió en el cara a cara entre Trump y Biden, los micrófonos de quien no tiene el turno de palabra estarán silenciados. Este fue un requisito que en su momento pidió la campaña de Biden y que intentó, sin éxito, eliminar la de Harris tras tomar el testigo, ya que finalmente fue algo que benefició a Trump la noche del 27 de junio.

Al no poder llevar a cabo sus frecuentes interrupciones, que suelen pasarle factura en términos de imagen pública, a Trump se lo vio mucho más comedido frente a un Biden indefenso y errático, cuya actuación terminó costándole la carrera a la Casa Blanca. En el choque de este martes, que será el séptimo debate presidencial para Trump, no habrá público y no se permitirá a los candidatos interrogarse directamente. Además ninguno tiene autorizado llevar notas preescritas o accesorios al escenario.

Los candidatos tendrán dos minutos para responder preguntas, junto con un minuto adicional para hacer seguimiento y, al cierre, dos minutos de declaraciones finales que iniciará Harris y concluirá Trump, tras haberlo sorteado con una moneda, informó ABC News. Es muy probable que este sea el único choque entre los dos, ya que no hay programado otro. Los candidatos a vicepresidente, el demócrata Tim Walz, gobernador de Minnesota, y el republicano JD Vance, senador de Ohio, se enfrentarán el primero de octubre en CBS News.

¿Dónde se puede ver el debate?

El debate se podrá ver en América latina en vivo y con traducción en simultáneo a través de DNEWS. La transmisión será a las 22 (hora de la Argentina, Chile y Uruguay) y 20 (hora de Colombia, Ecuador y Perú), y se podrá acceder a través de los canales 700 y 1700 HD del servicio de TV satelital DIRECTV y de la plataforma de TV en vivo y streaming DGO.