Las fuerzas de seguridad a cargo de Patricia Bullrich reprimieron nuevamente con palazos y gases pimienta a los jubilados, que reclamaban este miércoles frente al Congreso contra el veto del presidente Javier Milei a la ley de movilidad. Además de las agrupaciones de jubilados, se sumaron a la convocatoria diversas organizaciones políticas, sociales y sindicales para apoyar su reclamo. El ataque dejó un saldo de 27 heridos y dos trasladados. “Lastimaron a una compañera nuestra en los ojos”, señaló a Página/12 Rubén de Jubilados Insurgentes. “Con el ajuste, los jubilados perdieron como en la guerra”, dijo a este diario el diputado nacional de Unión por la Patria (UxP) Itai Hagman.
Tras la represión de la semana pasada, los jubilados no se dejaron amedrentar y volvieron a las calles. Como cada miércoles, realizaron un acto a las 15 frente al anexo de la Cámara de Diputados. “Todos somos jubilados, es cuestión de tiempo”, rezaba una pancarta apostada cerca de la esquina de las avenidas Rivadavia y Callao. “Con los jubilados no”, exigía la bandera de la Multisectorial de Jubilados. Entre las organizaciones convocantes estuvieron el Encuentro de Jubilados de Asambleas Barriales, Jubilados del Frente Grande, Jubilados Independientes, Plenario de Trabajadores Jubilados, UJEL, Confederación de Jubilados de la República Argentina, UTJEL, Jubilados Clasistas, Agrupación Germán Abdala ATE Capital, MJL Conat, Jubilados de Izquierda, Jubilados Insurgentes y la Mesa Coordinadora Nacional de Organizaciones de Jubilados y Pensionados de la República Argentina. También se sumaron agrupaciones políticas del kirchnerismo y la izquierda, junto con sindicatos y organizaciones sociales.
Testimonios frente al Congreso
“Estoy acá porque aporté 44 años y resulta que cobro 220 mil pesos”, contó José, uno de los jubilados que participó de la convocatoria, quien fuera trabajador del rubro de la construcción. “La verdad que es indignante. Yo, como muchos, mantuvimos el sistema aportando durante muchos años, y ahora recibimos una miseria”. Otro de los que estuvo presente en la movilización fue Jorge, más conocido como “El nono de Boedo”, quien hace meses que participa de las convocatorias de las agrupaciones de jubilados frente al Congreso. Está convencido de la importancia de la manifestación popular para defender sus derechos. “Hay que estar en la calle, la lucha está en la calle”, aseguró. “Yo no vengo por mí, gracias a dios estoy sano, no tiro manteca al techo pero tengo un plato de comida. El problema es por el compañero, por el vecino, por el de al lado, que la está pasando muy mal”, dijo con los ojos vidriosos y se quebró.
Luego del acto, los jubilados realizaron una caravana rodeando la manzana del Congreso de la Nación. La tensión iba en aumento a medida que los agentes de las fuerzas de seguridad se desplegaban en la calle. “A quienes tienen cáncer, ¿les van a dar los remedios ustedes?”, le dijo en la cara una jubilada a una uniformada. De un momento para otro, comenzó la represión de la Policía Federal, Gendarmería y Prefectura, fuerzas comandadas por la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, quien continúa con su accionar represivo ante las protestas de diversos sectores sociales que reclaman contra el ajuste impulsado por el gobierno de Javier Milei. Del lado de Callao quedaron las agrupaciones de jubilados, mientras que en el perímetro de la Plaza de los Dos Congresos permanecieron las columnas de las agrupaciones políticas y sindicales.
“Lastimaron a una compañera nuestra en los ojos con el gas pimienta de la policía”, contó a Página/12 Rubén de Jubilados Insurgentes, uno de los participantes de la manifestación. “La convocatoria, como siempre, era pacífica. Cuando comenzó la represión, dimos por terminada la actividad”. Por el accionar represivo se interrumpió la exposición que brindaba en la Cámara de Diputados el jefe de Gabinete, Guillermo Francos. Bajaron a la calle diputados de Unión por la Patria como Hugo Yasky, Paula Penacca, Itai Hagman y Eduardo Valdés, y miembros del bloque del Frente de Izquierda Unidad, como Myriam Bregman y Gabriel Solano.
Por su parte, el secretario general de la Mesa Coordinadora Nacional de Jubilados y Pensionados, Marcos Wolman, explicó que, como todos los miércoles, tras el acto dieron la vuelta al Congreso y entraron por la calle Hipólito Yrigoyen hasta la intersección con avenida Entre Ríos, para hacer el semaforazo de protesta. “Hoy había muchos miles de personas más que las que hay usualmente, pero la policía no nos permitió ni siquiera movernos”, señaló. Wolman aseguró que no dejarán de movilizarse pese al accionar represivo de las fuerzas de seguridad, y que el próximo miércoles volverán a concentrarse en Congreso. “Dentro del plan de lucha que hemos definido, vamos a ir a la sede del PAMI para reclamar contra el recorte de medicamentos, que es un tema muy grave al igual que el ajuste de los haberes”, afirmó.
El Gobierno insiste con que el veto a la ley de movilidad jubilatoria era imprescindible para mantener el superávit fiscal. “Nos parece una aberración”, dijo a Página/12 el diputado nacional de UxP, Itai Hagman. “Ni siquiera es el proyecto que presentamos nosotros, que era más ambicioso, sino simplemente una ley para que los jubilados recompongan lo que perdieron contra la inflación en estos meses. Que el ajuste sea sobre la gente y no sobre la casta es una decisión política”, evaluó. Por otro lado, el diputado desmintió la afirmación del presidente Javier Milei respecto a que las jubilaciones aumentaron si se las mide en dólares. “Las jubilaciones en términos reales, que es como hay que medirlas, bajaron. No es que subieron en dólares, sino que el dólar se apreció, entonces las jubilaciones medidas en dólares son más altas como también es más alto el costo de un kilo de pan. ¿Qué sentido tiene esa medición?”, planteó Hagman. “El Gobierno, cuando hace esa comparación, toma el valor del dólar después de la megadevaluación que ellos mismos hicieron apenas asumieron. Devaluaron, apreciaron el tipo de cambio y ahora toman eso para hacer una pirueta discursiva. En realidad, los números objetivos indican que, con el ajuste, los jubilados han perdido como en la guerra”.
“No hay nada más cruel que quitarles el pan de la boca a nuestros viejos y viejas”, dijo a este diario Paula Penacca, diputada de UxP, quien criticó el “sesgo autoritario” del Gobierno al vetar una ley aprobada con amplísima mayoría en ambas Cámaras. “Estamos trabajando puertas adentro del Congreso para juntar los 172 votos necesarios para revertir el veto, y puertas afuera, acompañando la movilización popular”, aseguró Penacca. “Deberíamos llegar a los dos tercios, tenemos 160 de votos favorables de base. Lo que no tiene que pasar es que algún sector se dé vuelta”.