Cientos de miles de personas tomaron las calles de las principales ciudades de Israel para exigir al primer ministro, Benjamin Netanyahu, un acuerdo para la liberación de los rehenes que retienen las milicias de Hamas en la Franja de Gaza. Una protesta avivada por el hallazgo de los cadáveres de seis secuestrados en el sur del enclave palestino. La principal central sindical de Israel, Histadrut, convocó a una huelga general.
Un comunicado del ejercito israelí detalla que los restos fueron hallados el sábado “en un túnel subterráneo en la zona de Rafah”. Netanyahu, en respuesta, afirmó que “Quienes matan a rehenes no quieren un acuerdo” para la tregua. El primer ministro sentenció, refiriendo a los dirigentes de Hamas: “los perseguiremos, los atraparemos y ajustaremos las cuentas”. El dirigente conservador israelí, de todos modos, se encuentra bajo creciente presión.
Según informa el diario israelí Haaretz, la cifra de manifestantes en Tel Aviv rondó las 300 mil personas, donde se bloquearon autopistas y se incendiaron neumáticos, con la policía local recurriendo a camiones hidrantes y policías montados para dispersar a los asistentes. Esto desató enfrentamientos entre los manifestantes y los agentes, con al menos 15 detenidos. Como parte de la protesta, se exhibieron los ataúdes simulados de las ultimas seis víctimas israelíes del conflicto, cubiertos con banderas.
A esta manifestación le sucedió el llamado de Arnon Bar-David, director de la principal central sindical de Israel, Histadrut, convocando a una huelga general que busca forzar al gobierno a llegar a un acuerdo para liberar a los rehenes, a la cual sumaron su apoyo los familiares de los secuestrados, así como el líder de la oposición, Yair Lapid. “No tiene sentido que nuestros niños mueran en los túneles por consideraciones políticas” dijo el dirigente de la federación de sindicatos. Este paro incluye puertos, fábricas, oficinas e incluso el Aeropuerto de Tel Aviv, que suspenderán su funcionamiento a partir del lunes.
Las protestas se extendieron a lo largo del país, como en Haifa, la importante ciudad portuaria ubicada al norte, donde miles de personas bloquearon los accesos a la ciudad, enarbolando la bandera nacional, o en la misma Jerusalén, donde los manifestantes se situaron frente a la sede del Knesset o Parlamento Israelí, en una protesta que se renovará el Lunes al mismo tiempo que se reunirá el Consejo de Ministros.
Aunque el Ministerio de Salud de Israel constata que, según la autopsia realizada sobre los cuerpos, los rehenes habrían muerto por impactos de bala a corta distancia días antes de ser encontrados, un mando del movimiento islamista Hamas, que habló bajo condición de anonimato, afirmó que varios prisioneros habrían muerto “por disparos y bombardeos de los ocupantes israelíes”, y que algunos formaban parte de la lista de personas a ser liberadas si se lograba un acuerdo de cese de fuego.
Entre los cuerpos recuperados están los de Hersh Goldber-Polin, Carmel Gat, Eden Terushalmi, Alexander Lobanov, Amog Sarusi y Ori Danino que fueron parte de los 251 rehenes tomados por Hamas en su ataque del 7 de octubre, que reavivó el conflicto y desató la actual guerra en Gaza.
Los manifestantes coinciden en que los secuestrados fueron asesinados por la falta de un acuerdo entre las dos partes. Las negociaciones del alto al fuego entre Israel y Hamas continúan sin un horizonte claro, con muchos de quienes asistieron identificando las demandas del primer ministro israelí – controlar el corredor de Filadelfia que separa Gaza de Egipto y el de Natzarim, que separa el norte del sur de Gaza- como el mayor impedimento para avanzar en la recuperación de los cautivos.
El jueves, el día en el que se cifra que los rehenes pudieron ser asesinados, fue el mismo día en el que Netanyahu, en una reunión de gabinete, insistió fervientemente en mantener la presencia militar en dicha frontera.
Muertos en Cisjordania
Al mismo tiempo, el Ejercito israelí continua su asedio militar contra los dos hospitales de Yenín, al norte de Cisjordania, como parte de una operación lanzada el miércoles sobre el territorio ocupado, con bombardeos e incursiones blindadas en las ciudades de Naplusa, Tubas, Tulkarem, campamentos de refugiados y la propia Yenín, donde los grupos armados anti-israelitas tienen una fuerte presencia.
Como resultado de estos ataques, al menos 24 palestinos fueron abatidos en Cisjordania, según informa el Ministerio de Salud de la Autoridad Palestina. A su vez, la policía israelí comunicó el fallecimiento de tres de sus efectivos “en un tiroteo”, tras un ataque en el retén de Tarkumiya, cerca de Hebrón. El ejercito, durante la tarde, reportó haber abatido al responsable del ataque, que no fue reivindicado de forma oficial, pero si fue considerado por un comunicado del Hamas como “una respuesta natural a las masacres contra el pueblo palestino”.
La guerra en Gaza, que sumió a los 2,4 millones de habitantes del territorio en una situación humanitaria catastrófica, se desprende del ataque de aquel 7 de octubre, que dejó un saldo de 1.205 muertes, en su mayoría civiles, según un recuento basado en cifras oficiales israelíes. En respuesta, el gobierno de Israel prometió destruir Hamas y lanzó una represalia que hasta el momento ha dejado 40.738 muertos en Gaza, según el Ministerio de Salud del territorio.