Cataluña celebra este domingo unas elecciones regionales de alcance nacional, donde el favorito según las últimas encuestas es Salvador Illa, candidato del presidente español Pedro Sánchez; le siguen Carles Puigdemont, de la formación independentista Junts, y el actual presidente del Gobierno regional, Pere Aragonès, del partido independentista Esquerra Republicana de Cataluña.
Los sondeos sitúan tras ellos al ultraderechista Vox, con Ignacio Garriga; al anticapitalista CUP, encabezado por Laia Estrada; a los liberales de Ciudadanos, con Carlos Carrizosa, que pueden quedar fuera del Parlamento regional; y al conservador Partido Popular (PP), con Alejandro Fernández como cabeza de lista, que aspira a recuperar votos. Cerca de 5,7 millones de electores están llamados a las urnas, en 2.696 colegios electorales, explicó este sábado la vicepresidenta del Gobierno catalán, Laura Vilagrà, en una rueda de prensa desde el Parlamento catalán.
Las encuestas auguran que el vencedor requerirá el apoyo de otras fuerzas para gobernar, sin dejar claro si los partidos independentistas sumarán escaños suficientes para pactar entre ellos, con una composición muy fragmentada del Parlamento catalán con al menos siete partidos en la pugna por repartirse los 135 diputados.
Impacto nacional
El resultado de estos comicios también influirá en la política española, debido a que Pedro Sánchez necesita para gobernar España a los independentistas catalanes representados en el Parlamento nacional. Precisamente, después de los comicios del año pasado, Sánchez fue reelegido presidente del Gobierno español gracias a los acuerdos parlamentarios con los soberanistas catalanes, entre otras fuerzas, y los socialistas promovieron una ley de amnistía, en tramitación, para los implicados en el proceso independentista en Cataluña.
Conscientes de la situación, los líderes políticos nacionales intensificaron su presencia en esta campaña. Sánchez llamó estos días a parar a la derecha y la ultraderecha tanto en Cataluña como en toda España y pidió una amplia victoria socialista para superar lo que llama una década perdida de gobiernos independentistas. En tanto, los partidos independentistas acusaron al líder socialista catalán, Salvador Illa, de representar únicamente en Cataluña los intereses del Gobierno español; no renuncian a un referéndum de autodeterminación y exigen al Estado una financiación justa para la región.
Puigdemont, que hizo toda su campaña desde Francia, trató el viernes de movilizar el voto independentista indeciso para derrotar al bloque de hierro que, según él, forman el Partido Socialista, el PP y sus aliados, todos ellos opuestos a la independencia de Cataluña. Sin embargo PP y Vox consideran que votar a los socialistas en Cataluña es, en el fondo, apoyar a los independentistas debido a todas las cesiones que Sánchez les hace para mantenerse en el poder.
Otras cuestiones claves
En estas elecciones también existen otras cuestiones en juego. Cataluña es una de las regiones con mayor grado de autonomía. Gestiona, al igual que las otras, la sanidad y la educación, pero dispone además de su propia policía, los Mossos d’Esquadra, y recientemente recibió el control del transporte ferroviario regional. Como parte del acuerdo para reelegir a Sánchez, los socialistas prometieron medidas que permitan la autonomía financiera de Cataluña, mientras que el partido de Puigdemont pide una cesión de la gestión del 100% de los impuestos pagados en la región.
Por otro lado, Cataluña es la segunda región más rica de España y representa el 19% del PBI nacional, por detrás de Madrid (19,4%), que consiguió el liderazgo después del intento de secesión de 2017. La región, que alberga las sedes de la empresa textil Mango, de cosmética Puig, farmacéutica Grifols y de telecomunicaciones Cellnex, es, con diferencia, la primera de España en términos de exportaciones, con un 26,1% del total nacional. Como pulmón industrial del país, su tasa de desempleo de 10,4% es significativamente inferior a la media nacional, que se ubica en 12,3%.
El catalán es la lengua oficial de la región, junto con el español. La enseñanza se imparte principalmente en ese idioma, que es también el habitual en la administración. Según datos publicados el año pasado por el gobierno regional, el 86,8% de los habitantes de la región entiende bien el catalán, lengua materna del 29,2% de ellos. Temiendo una disminución de su uso, los independentistas lo defienden a raja tabla y el año pasado lograron la posibilidad de usar el catalán en el Parlamento español.