Eran una ternura. Hace 30 años. Hoy perdieron protagonismo. El tema es que ya cinco de ellos son tíos, es que hace 4 meses nació Donato, el hijo del sextillizo Julio. Hace una semana anduvieron de cumpleaños, pero recién el último martes pudieron juntarse para celebrar. No pudieron en su Cañada del Ucle natal, donde se puede decir que todavía viven todos, o donde aterrizan todos en los fines de semana. Los dos varones andan cosechando en Trenque Lauquen, junto al padre, y allá se encontraron y se sacaron la foto que ilustra esta nota de La Capital.
Allá por los primeros días de marzo de 1994 nacieron en Cañada del Ucle los sextillizos Asencio Caram: Julio (900 gramos), María Inés (800), Francisco (900), Lucía (1,150), Mercedes (1,130) y Laura (850). En orden de aparición, como lo cuenta Daniel Asencio en diálogo con este diario.
Obviamente, estuvieron en incubadora. “Fueron 45 días para Mercedes y Lucía, y 60 días para los otros”, repasa Daniel.
“Estoy muy orgulloso de ellos. Tengo unos hijos maravillosos, sanos, respetuosos. Son muy buena gente. Tengo que agradecerle a Dios y a la vida por lo que me dio” es la reflexión del padre de esos sextillizos mientras se le entrecorta la voz de emoción al hablar de ellos.
Lo mismo que le sucede cuando cuenta el caso de Lucía, que “nació ciega por desprendimiento de retina, pero eso no lo impidió ser quien es hoy una gran profesora de música que da clases en Rosario, en la Siberia, en la Facultad de Música”.
Nacieron el miércoles 2 de marzo de 1994 y fue con sorpresa, más allá de que Daniel y Griselda Caram esperaban que fueran 5 hijos en el parto programado a tiempo tras el tratamiento de varios años (gracias al método de fertilidad asistida) en procura de ser padres. Uno… dos… tres… cuatro… cinco…, listo pensaron, pero el partero dijo: “Esperen, hay uno más” y apareció Laura. “Una alegría inmensa. Y verlos hoy, ni hablar”, contó el padre.
“Cuando nacieron fue una repercusión muy grande. En toda Argentina se habló de ellos, fue algo muy emocionante para nosotros porque todo el mundo venía a vernos. Todo el mundo te preguntaba, todo el mundo quería ver a los chicos. Eso fue una alegría muy grande”, añadió Daniel cuando hace unos días lo contó en el Correodigital.
“Durante el parto los médicos crearon un clima de alegría, hacían bromas. Griselda, mi mujer, cada uno que sacaban -por cesárea- preguntaba cómo era. Todo fue sin problemas. Pero al sacar al quinto, el partero, el Dr. Paqués, anunció que había otro. El Dr. Julio César Colabianchi, dijo que no podía ser, porque habían implantado cinco embriones. Según lo explicaron, uno de los embriones se subdividió siendo dos gemelas. Los varoncitos no, porque tienen distinto grupo sanguíneo, sí pueden ser María Inés y Lucía”, contaban por entonces, pocos días después del nacimiento en el Sanatorio de la Mujer, en Rosario.
El cumple de 30
Siempre que se cumplen números redondos la repercusión es mayor “pero nos juntamos seguido, somos muy unidos”, contó Daniel para agregar: “Como nosotros estamos en plena cosecha de girasol, en Trenque Lauquen, no pudimos el sábado, lo haremos el martes 5 acá en la estancia La Rubia, donde trabajo desde hace 34 años”.
Y confía: “El sábado 9 nos vamos a España con Griselda y las cuatro chicas, los varones se quedan por la cosecha y porque Donato, mi nieto, tiene apenas 4 meses. Hubiera sido hermoso ir todos, pero ahora no se puede. Es un viaje que siempre quise hacer porque soy gallego”, contó con sonrisas.
Los chicos, Julio y Francisco, salieron “contratistas rurales, trabajan en el campo conmigo, en la siembra, en la cosecha”.
Las chicas eligieron distintas carreras, algunas ya recibidas y otras en proceso: Mercedes es contadora pública, Lucía es profesora de música, Laura estudia Derecho y María Inés sigue la carrera de Arquitectura, también Rosario.
El único que hasta el momento tuvo un hijo es Julio (junto a Noelia Sánchez), papá de Donato, nacido el 9 de noviembre de 2023.
Un repaso de aquellos días
“Cuando eran bebés me ayudaron a criarlos tres mujeres. Era todo un problema darles de comer y cambiarles los pañales”, recordó Griselda (entonces de 37 años) tras asegurar que “el día del nacimiento de los chicos fue el momento más feliz de mi vida”.
“Claro que no fue sencillo criarlos, pero al vivir en un pueblo chico como es Cañada del Ucle, de mil habitantes, pocas cuadras (8 x 4, contó días antes el jefe comunal Orlando Pruzzo), nos conocemos todos y el pueblo entero nos ayudó muchísimo. Y mi agradecimiento es eterno con todos”, señaló Daniel a este diario.
Mientras que en una nota en La Capital, del año 2007, contaban que “tres de las cuatro chicas sueñan ser actrices o modelos y sus hermanos quieren triunfar como futbolistas, aunque por ahora piensan en estudiar y compartir sus vidas con los amigos. La mayoría son hinchas de Boca, pero dos de los chicos me dan una mano porque yo soy de River. Por suerte dos me salieron gallinas”, reconoció Griselda.
Sin embargo, uno cambió: “Y, solo quedó María Inés de ese lado”, confió riéndose Daniel como si hubiese marcado un gol.
Pero el golazo de media cancha que metieron Daniel y Griselda fue criar a estos sextillizos de Cañada del Ucle que están en la historia, que siguen juntos, unidos en este “Gran Hermano” que disfrutan hace 30 años.