Las protestas se van haciendo parte del paisaje habitual en la coqueta esquina de Juncal y la 9 de Julio, donde la ministra de Capital Humano, Sandra Pettovello, tiene su oficina. Este miércoles hubo otra manifestación de la Unión de Trabajadores de la Economía Popular en reclamo de alimentos para los comedores y merenderos comunitarios. Grupos de mujeres de los barrios más pobres de la Capital y el conurbano se concentraron en la puerta e hicieron una olla popular. Su objetivo fue mantener visible el problema de la falta de alimentos en los barrios.
“Los perros de Milei comen mejor que nuestras infancias en los comedores”, escribió una cocinera en un cartel que llevó a la marcha. Otras desplegaron fotos de la ministra con el epígrafe “Pettovello, no tenés corazón”.
Entre esas manifestantes estaba Natalia. Llegó desde el barrio La Esperanza, de Alejandro Korn, en el sur del Gran Buenos Aires. Allí la organización social a la que pertenece, la OLP, tuvo que cerrar su comedor. “Nosotras seguimos haciendo trabajo sociocomunitario porque cuidamos a los niños, damos apoyo escolar, hacemos promoción de la salud, damos clases de reggaetón y de zumba… Un comedor es mucho más que dar de comer, pero lo que más se necesita en este momento, que es el alimento, no lo tenemos”, explicó.
Los comedores que, con graves dificultades, siguen funcionando con los aportes de los municipios y las gobernaciones -también a través de alguna donación- están sobredemandados. La preocupación entre los dirigentes sociales es mucha: “La realidad es que en estos días miles de niños se están yendo a dormir con el estómago vacío”, definió Dina Sánchez.
La policía hizo su despliegue antipiquetes. Por suerte, los operativos parecen estar volviéndose menos agresivos, lo que hace pensar que en la Casa Rosada tienen algún registro del clima de la calle, y de que la clase media, aunque compre las campañas contra los movimientos sociales, entiende de qué están hablando los sectores populares cuando describen dificultades para comer.
Una tras otra
Es una semana de malas noticias para los movimientos y los trabajadores informales que venían accediendo a ingresos mediante actividades apoyadas por el Estado. El lunes, el presidente Javier Milei redujo drásticamente el Fondo de Integración Sociourbana (FISU), destinado a llevar los servicios públicos y mejorar las condiciones de vida en los barrios populares con cooperativas. Por otra parte, también las cooperativas del Programa Agua + Trabajo (que desarrollaba Aysa) sufrieron desvinculaciones y están viendo en peligro su continuidad. En tercer lugar, Capital Humano anunció que reemplazará el Potenciar Trabajo por dos nuevos programas (Volver al Trabajo, de capacitación para el empleo, y Acompañamiento Social, para madres de cuatro hijos y personas consideradas ‘inempleables’). El anuncio oficial estuvo enfocado en instalar la idea de que las organizaciones sociales recibieron millones de pesos y fueron “incapaces” de “promover la generación de empleo” o “generar verdaderas oportunidades de desarrollo”. Es un golpe duro, porque el discurso apunta a fortalecer la idea de que los beneficiarios del Potenciar -que era un salario social complementario para trabajadores informales- “no trabajan” o no se esfuerzan lo suficiente para conseguir empleo. Y esto pone la responsabilidad de la pobreza en la persona, como individuo, y no en el modelo económico que genera pobreza.
Dos protestas
El titular de la UTEP, Alejandro “Peluca” Gramajo, anunció que este jueves a las 10 van a movilizarse al Ministerio de Economía por la emergencia alimentaria y el Potenciar Trabajo. “No tenemos interlocución alguna con el Gobierno. El ajuste y la inflación tienen como resultado que la pobreza llega a casi el 60 por ciento de los argentinos, son millones que están pasando hambre y no hay ni una política paliativa”.
“Para nosotros, estos cambios tienen que ver con la lógica del ajuste del gobierno de Milei”, agregó su compañera Johanna Duarte. “Desde que asumió están reduciendo el Potenciar, señalando incompatibilidades que la mayoría de las veces no son reales”.
En organizaciones de izquierda, como el FOL, consideran que la intención del Gobierno es eliminar 400 mil planes Potenciar. “El número asignado no es casual. En abril de 2023, el FMI emitió una misiva en la que destacaba los ajustes realizados por la entonces ministra de Desarrollo Social, Victoria Tolosa Paz. En ese texto se planteaba que 400 mil planes se caerían producto del ingreso al mercado laboral. Ya en aquel momento cabía preguntarse de dónde había salido dicha estimación en un contexto de crisis económica y recesión”, señaló el FOL en un comunicado. Agregó que “esas directivas le permitieron a la gestión anterior comenzar con un recorte de 100 mil beneficiarios, a los que se sumaron los que ejecutó el Ministerio de Capital Humano en las últimas semanas y que contradicen lo que el Presidente anunció en campaña respecto de que la billetera de dicho ministerio iba a ser la única que iba a estar abierta”.
Además de la marcha a Economía, para este jueves fue anunciada una segunda protesta, de cooperativistas del Programa Agua + Trabajo, que irán a las 12 a la puerta de Aysa, en Tucumán 752 (CABA). “Este programa ha permitido el acceso a agua potable y la red de cloacas a barrios enteros”, indicaron las cooperativas. “Hicimos más de un millón de conexiones a la red de agua y cientos de miles de conexiones de cloacas, sólo en el conurbano”, pero hoy “tenemos los sueldos congelados y peligra nuestra continuidad laboral. Ninguna respuesta encontramos de las nuevas autoridades de Aysa. El nuevo gobierno, que dice haber venido a defender el trabajo, amenaza con dejar en la calle a dos mil personas de un plumazo. Dice que viene a combatir a la casta, pero no sólo la beneficia sino que amenaza con condenarnos a la miseria”.