Más de un mes después de que venciera el plazo constitucional para su tratamiento, La Libertad Avanza se dignó a convocar la Bicameral de Trámite Legislativo que deberá aprobar o rechazar el mega DNU desregulador de Javier Milei. La citación para este jueves al mediodía se produjo menos de 24 horas después de que Martín Menem designase finalmente a los ocho diputados que integrarán la comisión. Y si bien lo hizo de forma tal que la relación de fuerzas en la Bicameral fuera favorable al oficialismo, el panorama para su aprobación no es muy auspicioso. Las denuncias de inconstitucionalidad repiquetean en todos los espacios políticos y es por eso que, hasta ahora, la estrategia de Milei había sido dilatar la discusión lo más posible. La presión del radicalismo y la bancada que comanda Miguel Ángel Pichetto, sin embargo, terminó forzándole la mano. Aunque en Unión por la Patria advierten: “Esto lo hacen para dilatar. El DNU, ahora, tiene que tratarse en el recinto”.
“Ese nido de ratas que es el Congreso”. La frase de Javier Milei durante una charla en una fundación libertaria en Corrientes todavía rebotaba en todos los portales cuando Victoria Villarruel mandó a convocar la Comisión Bicameral de Trámite Legislativo. Mientras los diputados y senadores de la oposición encajaban el nuevo insulto presidencial, la vice presidenta movió rápido: pretendía dejar en claro que si la comisión no se había convocado hasta ahora había sido por culpa de la Cámara de Diputados, que venía pateando la oficialización de los integrantes cuando el Senado ya lo había resuelto hace semanas. Buscaba, a su vez, evitar así la lluvia de cuestiones de privilegio que le llegarían en la sesión preparatoria del viernes 23: UxP venía reclamándole hace semanas que convocara una sesión para tratar el DNU y ella, en un gesto insólito, se había negado.
El DNU ingresó al Congreso el 5 de enero y la Bicameral tendría que haberlo analizado en los 10 días posteriores, pero LLA pateaba su conformación. Según la ley que reglamenta el tratamiento de los DNUs, el decreto estaba ya en condiciones de tratarse en el recinto y, por este motivo, UxP venía presionando para convocar una sesión en el Senado y tratarlo. Villarruel sospechaba que, si convocaba la sesión, el peronismo conseguiría el número en el recinto para rechazarlo, ya que UxP tiene 33 senadores y solo necesita del acompañamiento de otros 4 para hacerse con el quórum. El peronismo estaba cerca de alcanzarlo -con la rionegrina Mónica Silva, la neuquina Lucila Crexell, el entrerriano Edgardo Kueider y el correntino “Camau” Espínola- e incluso anticipaban que, una vez abierta la sesión, podrían sumar el rechazo de un sector del radicalismo.
La UCR, sin embargo, no quería quedar pegada al kirchnerismo y optó por otra estrategia: le mandó una carta a Menem reclamándole que designara a los integrantes de la comisión. Se sumó al reclamo, luego, Hacemos Coalición Federal, que comanda Pichetto. Frente a esta presión, Menem, que preside la Cámara de Diputados, terminó cediendo y designando los ocho diputados que faltaban. Al hacerlo, le quitó un lugar que, según el sistema D’Hondt, le correspondía a UxP por tener 99 legisladores, y logró así dejar al peronismo en minoría.
La Bicameral, que oficializará a sus autoridades el jueves al mediodía en el salón Arturo Illia del Senado, estará conformada por: 6 integrantes de UxP (3 diputados y 3 senadores), 3 de LLA, 2 del PRO, 2 de la UCR, 1 de HCF (Nicolás Massot), el senador salteño Juan Carlos Romero (aliado de LLA) y “Camau” Espínola. La presidencia quedará en manos del senador libertario Juan Carlos Pagotto. Si bien en UxP se esperanzan con sumar el rechazo de al menos uno de los radicales -miran al senador Víctor Zimmermann, aunque no tanto al diputado Francisco Monti-, son concientes de que LLA terminará pudiendo dictaminar favorablemente al DNU. El tema es cuándo, ya que la oposición sospecha que el oficialismo planchará la discusión durante el máximo tiempo posible.
La verdadera batalla, sin embargo, será en el recinto. Ahí UxP cree que podrá tener el número para el rechazo, pero depende de que la UCR termine de definir una postura. El radicalismo, mientras tanto, se encuentra dividido y ensaya alternativas, como la posibilidad de tratar los 366 artículos que componen el DNU por partes -algo que rechaza la ley que regula los DNUs- para evitar el “todo o nada”. Pero la postura no es unánime y no son pocos los legisladores que, referenciados en Facundo Manes, se muestran más reactivos a acompañar a Milei. Al igual que sucedió con la Ley Ómnibus, el futuro del DNU lo definirán los radicales, los cordobeses que responden a Martín Llaryora, la Coalición Cívica y el resto de las fuerzas provinciales (a las que Milei, sistemáticamente, no deja de insultar).