El presidente Javier Milei brindó una entrevista a The Wall Street Journal, en medio de la crisis política que atraviesa su gobierno por las marchas y contramarchas en la Ley Ómnibus, y en un nuevo mensaje de presión a los gobernadores y legisladores dijo que “no hay plan B para hacer las cosas bien”, al tiempo que ratificó sus intención de dolarizar la economía y privatizar las empresas públicas.
En la entrevista con el diario estadounidense, publicada este domingo, el mandatario fue abordado por una pregunta que cada vez resuena más en distintos sectores del país: ¿cuánto podrá esperar el pueblo argentino para ver señales de que su plan de gobierno está funcionando? Una vez más, el ultraderechista volvió a poner plazos imposibles para el bolsillo y dijo que el pueblo “entiende que este proceso puede durar cerca de dos años” aunque reconoció que “es cierto que hay una luz de alerta que dice que es difícil aguantar más de un año“.
“La verdad es que cuando nosotros empezamos a ver la forma en la cual están corriendo los datos y cómo se está moviendo la inflación, nosotros mismos estamos sorprendidos por la velocidad con la que estamos alcanzando resultados“, agregó el presidente, en una insólita defensa a sus medidas de gobierno que generaron una inflación del 25% en diciembre, un dato que Milei festejó como buena noticia y que adelantó que podría repetirse en enero, escenario que también calificó como positivo, sin tener en cuenta las desastrosas consecuencias que esto genera en el nivel de vida de millones de argentinos y argentinas.
Luego de autoelogiarse, volvió a plantear que para que su modelo funcione se necesitan inversiones. “Es cierto que nosotros necesitaríamos inversiones porque una de las cosas que sucede es que, cuando hacés un ajuste fiscal, aumentás el ahorro. Si ese ahorro no tiene una contrapartida de inversión, aparece la caída de la actividad económica, la caída del empleo y la caída de los salarios reales”, se atajó.
En la entrevista de este domingo, el mandatario fue consultado también sobre la existencia de un plan B de gobierno, algo que descartó de plano. “No hay plan B, no hay plan B para hacer las cosas bien. Hacés las cosas bien o las hacés bien. Porque si el plan B es hacer las cosas más o menos o negociar… esa es la historia de Argentina, así estamos”, respondió, lo que podría leerse como una nueva presión a los legisladores y gobernadores para que voten la ley ómnibus que se tratará este martes en el Congreso de la Nación y que ya sufrió varias modificaciones producto, justamente, de negociaciones con la oposición amigable del PRO, la UCR y Hacemos Coalición Federal.
Privatizaciones y dolarización
Respecto al plan de privatizaciones, que incluyó en el proyecto de Ley Ómnibus con el que pretende barrer derechos y habilitar el negocio a poderosos grupos empresarios, el presidente dijo que lo implementará “todo lo rápido que se pueda”.
“Todo lo que pueda vender de empresas del Estado lo voy a hacer a la máxima brevedad. Pero hay restricciones institucionales”, aclaró, e insistió: “Todo lo que pueda privatizar lo vamos a privatizar. No es una cuestión de nombres, sino de una restricción técnica en términos de tiempo”.
En ese marco, el mandatario también ratificó su plan de dolarización. “Nosotros en el último mes compramos 5.000 millones de dólares y la base monetaria es de cerca de casi 8.000 millones de dólares, con lo cual si nosotros termináramos de limpiar todos los pasivos remunerados del Banco Central, estaríamos en condiciones de dolarizar por muy poco dinero“, aseguró.
Respecto a sus intenciones de adoptar el dólar como moneda, recordó que “siempre hemos hablado de una libre competencia de monedas de lo que elijan los argentinos”, aunque señaló que “es probable que en un momento inicial elijan el dólar”.
Relaciones con China y Reino Unido
Sobre sus declaraciones sobre China, Milei respondió: “Es cierto que yo no voy a estar aliado con los comunistas, es cierto que rechazamos ser parte del Brics. Pero siempre hemos sostenido que la cuestión comercial no tendría porqué ser afectada, porque básicamente es una decisión de los privados”.
“Ahora, es cierto que no considero que sea nuestro socio estratégico. Pero hay que separar la cuestión geopolítica de nuestra cuestión comercial”, diferenció. Y enseguida ejemplificó: “Nosotros podemos tener una diferencia con el Reino Unido respecto de las islas Malvinas. Sin embargo, eso no imposibilita que podamos tener un conjunto de relaciones comerciales adultas“.
En ese marco, el diario estadounidense le preguntó si durante su participación en el Foro de Davos había tratado la cuestión Malvinas con el canciller británico, David Cameron. “Hemos decidido tener una relación adulta en la cual justamente participar y trabajar de manera conjunta en la agenda internacional y empezar a tener una charla sobre nuestra diferencia territorial”, respondió, aunque no explicó porqué está mirando para otro lado frente a las provocaciones que esta semana desplegó el gobierno británico en las islas.
Finalmente, el Presidente ratificó su apoyo a Israel en el marco de la guerra con Hamas: “Tengo una posición clara al respecto. Nosotros hemos decidido condenar los actos terroristas del grupo Hamas, hemos decididos solidarizarnos con Israel y sus habitantes, independientemente de su nacionalidad”.
“Consideramos que Israel tiene un derecho en términos de legítima defensa dada la agresión terrorista que ha recibido“, dijo, y concluyó: “Nuestra política se diseña desde una perspectiva moral”.