Los médicos residentes de Inglaterra, que representan casi la mitad de la fuerza laboral del Sistema Nacional de Salud (NHS), iniciaron este miércoles la huelga más larga en la historia del sistema sanitario británico. La medida comenzó a las 7 de la mañana y culminará el martes 9 de enero.
Este colectivo de médicos, que incluye tanto a recién licenciados como a veteranos profesionales que estudian grados superiores y que ya realizaron en total 28 días de paro laboral en 2023, votaron a favor de regresar a los piquetes después de que en diciembre se rompieran las negociaciones entre el sindicato Asociación Médica Británica (BMA, en inglés) y el Gobierno conservador del Reino Unido.
Pérdida de poder adquisitivo
El colectivo de médicos de Inglaterra, cifrado en unos 75.000 profesionales –la mitad de la fuerza laboral, en el territorio más poblado del país–, rechazó una oferta de aumento hecha el pasado verano de un 8,8%, al considerar que necesitan al menos un 26% para compensar la pérdida de poder adquisitivo desde 2008. “A los médicos les hubiera gustado empezar el nuevo año con la esperanza de una oferta salarial que permitiera disponer de un servicio sanitario con mejor personal y una profesión mejor valorada”, declararon en un comunicado los copresidentes del comité de médicos de la BMA, Robert Laurenson y Vivek Trivedi.
En ese mensaje, se advierte incluso que muchos médicos se preguntan si continuarán en el NHS porque, para ellos, la moral en todo el servicio de salud está en su punto más bajo, lo que se refleja en un recorte en términos reales del 26% en sus salarios. “A los médicos se les paga 15,50 libras esterlinas por hora y, con esto, se los obliga a volver a la huelga por culpa de un Gobierno que no puede actuar en conjunto y hacer la oferta salarial razonable que sabe que eventualmente deberá hacer”, afirmaron Laurenson y Trivedi. “Pasamos el período de vacaciones esperando recibir la ‘oferta final’ que el ministerio de Salud nos había prometido el año pasado. Lamentablemente, no hemos recibido tal oferta a pesar de haber dicho repetidamente que nos reuniríamos para conversar en cualquier momento durante la Navidad”, agregaron.
“Estoy aquí porque merecemos algo mejor como médicos”, dijo a la agencia de noticias AFP Callum Parr, médico especialista en accidentes y urgencias de Londres, desde un piquete frente al hospital St Thomas de la capital británica. El médico de 25 años dijo que tenía una deuda de 120.000 libras después de seis años en la universidad y que enfrentaba costos crecientes, incluido el rápido aumento de los precios de alquiler en la ciudad. “Nuestro trabajo es duro, sabíamos que sería difícil. Fuimos a la escuela de medicina, lo cual también es difícil, y queremos ayudar a los pacientes, pero también hay que poder pagar las cuentas”, remarcó.
Afuera del hospital, al otro lado del río Támesis desde el parlamento del Reino Unido, los médicos sostenían carteles pidiendo una mejor financiación para el sobrecargado servicio de salud. “£15 por hora no es un salario justo para un médico en formación” y “el salario reducido mantiene alejado al médico” son algunas de las frases que resaltaban, con mapas de Australia que indicaban que el personal radicado en el Reino Unido se mudaría. “La retención no se producirá si no pagamos adecuadamente a nuestros médicos”, afirmó Shivani Ganesh, un estudiante de medicina de 23 años. “Somos personas muy inteligentes y altamente capacitadas, y otras empresas y otros países valoran esas habilidades y nos pagan adecuadamente”, añadió.
Consecuencias
El paro iniciado este miércoles repercute sobre todo en las consultas programadas, muchas de las cuales fueron canceladas al concentrarse los efectivos en urgencias. El diario The Times cifró en 200.000 el número de consultas que se verán afectadas, justo en una de las semanas con más actividad prevista del año, después del periodo festivo. “Esta huelga representa un desafío significativo en un momento ya difícil debido a las crecientes tasas de enfermedades respiratorias, como el Covid y gripe, y las enfermedades del personal”, indicó el director médico del NHS de Inglaterra, Stephen Powis, en una entrevista con la BBC. “Estamos enfrentando uno de los comienzos de año más difíciles desde 1948”, afirmó.
La Secretaria de Salud del Reino Unido, Victoria Atkins, también advirtió que las huelgas tendrían un impacto grave en los pacientes de todo el país, al tiempo que instó al Comité de Médicos de BMA a que suspenda las medidas de fuerza y regrese a la mesa de negociaciones. “Es para que podamos encontrar una solución justa y razonable para poner fin a las huelgas de una vez por todas”, aseveró.
El año pasado, numerosos colectivos profesionales hicieron huelga en el Reino Unido, entre ellos enfermeras, personal de ambulancias y médicos especialistas, junto con carteros y trabajadores de aduanas o ferrocarril. Estas llevaron a la cancelación de más de 1,2 millones de citas, con un coste para el NHS de unos 2.000 millones de libras, según datos oficiales.
Por su parte, los médicos residentes en Gales prevén también realizar un paro de 72 horas a partir del 15 de enero, mientras que los de Irlanda del Norte valoran sumarse a la huelga. En tanto, los profesionales de Escocia ya llegaron en 2023 a un acuerdo con el Gobierno autónomo escocés.