Rodeado de jóvenes que saltaban con él en un pogo improvisado, al ritmo del jingle que dice: “preparame la boleta, pa votar a Sergio que la damos vuelta”, el candidato de Unión por la Patria Sergio Massa cerró su campaña en la Escuela Superior de Comercio Carlos Pellegrini, de la Ciudad de Buenos Aires. “Voy a dejar todo de acá al domingo para que la ilusión que ustedes tienen de un buen resultado se de”, les prometió. Los estudiantes, efusivos, le cantaban: “El domingo cueste lo que cueste/ el domingo tenemos que ganar”.
Luego de una semana intensa, y a pocas horas del balotaje que definirá quién será el Presidente de los argentinos por los próximos cuatro años, Massa les dijo a los jóvenes sentado en el patio del colegio: “Es tiempo de que defiendan utopías. La mayor utopía es la libertad de elegir dónde estudiar sin que nadie les de un cheque o un voucher; la de trabajar donde quieran sin que nadie les quite derechos; la de tener un modelo de desarrollo para su país sin que nadie ponga la bandera de otro país por delante y la de defender la igualdad de oportunidades”. Para finalizar, amontonado a estudiantes que querían sacarse una selfie con él, les dijo: “Nuestra responsabilidad es dejarles a ustedes un país mucho mejor”.
El acto fue sencillo y similar al cierre de campaña que UP hizo antes de las elecciones generales. En aquella ocasión fue en una fábrica con trabajadores, sin banderas partidarias, ni la clásica liturgia peronista. Esta vez también fue con un sector particular, cara a cara, sin dirigentes. El único que acompañó al candidato fue el ministro de Educación, Jaime Perczyk. La veda comenzará hoy a las ocho de la mañana y en el oficialismo, al finalizar el último acto oficial, se mostraron confiados por la campaña que realizaron. “Ahora solo resta esperar”, repetían con entusiasmo y cansancio.
Cerca de las tres de la tarde, el patio del histórico colegio porteño se comenzó a llenar de jóvenes con remeras de Argentina, otros tenían remeras de los Beatles o de distintas bandas, pero ninguno alguna partidaria. Por las escaleras de mármol bajaban las chicas y los chicos con zapatillas Converse o Crocs, con sus piercings y sus brackets, que esquivaban a otros que esperaban con ansiedad sentados en las escaleras, mientras no paraban de masticar chicle.
Una vez en el patio, ubicados en el piso en distintas rondas, tomaban mate y jugaban a las cartas. Otros leían y hasta había uno de ellos que en medio de la música –sonaban desde los Redondos y Charly García, hasta Duki y Niki Nicole– hacía cuentas con una calculadora científica. El clima que se respiraba en los pasillos del “Pelle” es el que se respira a fin de año en cualquier colegio del país: de ansiedad y calor, en medio de la preparación de los exámenes finales. En este caso, claro, atravesados por la coyuntura política a la que estos jóvenes le prestan especial atención.
Otros, ya parados porque no quedaba lugar, miraban desde la pantalla de un celular algún video de Milei y lo criticaban. “Acá es marginal ser libertario, porque es un colegio muy politizado, pero me parece importante que, más allá del debate, Massa pueda hablar con los jóvenes y contarnos qué puede pasar si gana Milei y cómo nos va a perjudicar a nosotros, que venimos a la escuela pública”, dice Fidel, de 16 años, en diálogo con este diario. En las paredes hay colgadas, además de banderas de Argentina, pañuelos blancos de las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo y en el piso un stiker con una foto de Taty Almeida y Massa que dice: “Massabuelas”.
Las conversaciones fueron interrumpidas por el timbre. Todos se pararon para alentar –incluso vecinos de un edificio lindero que salieron por la ventana con carteles de UP– y Massa entró al patio. Dos estudiantes lo presentaron y, para romper el hielo, dijeron: “Para nosotros es muy importante que los políticos hablen con los jóvenes y no solo de los jóvenes. Por eso estamos contentos de que estés acá y es un honor que elijas el Pelle. Venimos con mucho miedo y aterrorizados por la derecha y por cómo está avanzando”, le contaron.
“Vamos a defender y a mejorar la educación pública, gratuita, de calidad, inclusiva”, les prometió Massa a los jóvenes ante la amenaza de su contrincante, Javier Milei, que pretende privatizarla. En esa línea, expresó: “No hay mayor libertad que ustedes puedan elegir dónde estudian y no que tengan que andar mendigando un voucher o un cheque para ir a una u otra universidad”.
Les habló en un tono calmo y cómplice, les pidió, además, que, en caso de resultar electo, ellos “sean sus censores”. “Cuando vean que hago algo bien, quiero que me lo señalen, pero cuando vean que hago algo mal, o que no cumplo con las promesas, que me lo griten y se hagan valer”, les dijo y les dio una tarea: “El desafío más importante que tenemos es que, frente a tanta antipolítica, los argentinos vuelvan a creer. Esa es la montaña más grande que tenemos que cruzar y no se cruza solamente ganando una elección”.
Massa aclaró que quería dejar a los jóvenes cuatro ejes para trabajar en conjunto en caso de ser electo. Primero mencionó una “renovación del sistema educativo”. “Tenemos un sistema educativo al que hay que mejorar porque la revolución tecnológica nos está llevando por delante. Explicó que se tratará de “cambiar ese sistema educativo mirando la robótica y la inteligencia artificial“.
En segundo lugar mencionó que, frente al cambio que está viviendo el mundo del trabajo, “hay que democratizar al máximo el conocimiento”. “De manera obligatoria cada estudiante de una escuela tiene que tener su notebook, derecho a la conectividad, a la velocidad y al ancho de banda”, añadió y expresó que eso tiene que ser para todo el país.
El tercer desafío, añadió, “tiene que ver con la salida al mundo del trabajo“. “Trabajé con 50 rectores de 50 universidades para hacer carreras más cortas y con más salida laboral”, detalló y pasó al cuarto y último eje vinculado a marcar la contracara de las ideas de Milei: “La agenda climática”. “Argentina no puede tener un Presidente que niegue el cambio climático”, pronunció y los jóvenes se levantaron para aplaudir y cantar “Massa presidente”. “El derecho a vivir en un ambiente sano es fundamental”, indicó y opinó que “ni del FMI ni del tema ambiental quiso hablar nadie en campaña”.
El candidato recordó que “el voto joven es super importante”, y pidió: “De acá al domingo tienen una tarea muy importante porque hay pibes de la edad de ustedes que se enamoraron de un país en el que se compran y venden órganos, se compran armas libremente, o en el que cobran la universidad y la salud. De acá al domingo tenemos la tarea de explicar los daños, de convencer sin faltar el respeto, de explicar la importancia de vivir en sociedad y no del sálvese quien pueda“.
En otro trayecto habló del federalismo. Elogió al colegio porteño por su trayectoria y por ser “formador de grandes cuadros”, pero aclaró que “así como se empezaron a extender las universidades, el proyecto debe ser extender los colegios asociados a las universidades a lo largo y ancho del país”. Por último, subrayó que estar con ellos “lo llenaba de esperanza y optimismo”.
“La construcción es con amor, con esperanza. No van a lograr apagar los sueños que ustedes tienen de vivir en una sociedad más justa y con derechos para todos. Se los digo mirándolos a los ojos como si fueran mis hijos”, les prometió. Y finalizó: “Si tengo la responsabilidad de gobernar voy a dejar mi piel y mi alma para que construyamos ese país que soñamos“.