Hay que venir al sur: Bariloche recibe a miles para el 36° Encuentro Plurinacional de Mujeres y disidencias

“Intentar pintar hoy lo que de verdad existe, es un acto de resistencia generador de esperanza” es la frase que cierra el ensayo “Unos pasos hacia una pequeña teoría de lo visible” de John Berger. Este fin de semana en Bariloche habrá otra oportunidad de hacer visible un hecho político que tiene casi los mismos años de existencia que la última democracia: “el encuentro”, dicho así para quienes saben de qué se trata. Para quienes no, hay un nombre al que se le fueron sumando palabras directamente vinculadas a su carácter expansivo, horizontal y transfeminista: “36° Encuentro Plurinacional de Mujeres, lesbianas, travestis, trans, intersex y no binaries”.

A una semana de la contienda electoral del 22 de octubre, el encuentro viene a dar cuenta de una memoria colectiva feminista que lleva 36 años poniendo en común discusiones que están en el ojo de la tormenta de la escena política actual: la ampliación de derechos, el disciplinamiento financiero, la lucha por la tierra y el antifascismo.

El Encuentro también es una huella que cada año se imprime en cuerpos  que van por primera vez y remarca los bordes de quienes llevan décadas haciéndolo. Una oportunidad de revitalizar la lucha, de ritualizar la fiesta y de ocupar la calle. ¿Vas al encuentro? ¿Nos vemos en el encuentro? son preguntas que componen un diálogo típico y fresco que como la crecida de un río, moja las orillas de cada rincón del país. “Voy en el micro del sindicato”, “Paramos en la escuela tal”, “Yo saqué el pasaje en febrero”, “Nos vemos allá”. 

Miles se organizan, en subidas masivas a colectivos, a caravanas de último momento, conteo de asientos en los autos y la certeza de que siempre va a haber lugar para alguien más. La distancia importa pero la presencia estelar es la del deseo de transformar cualquier lugar del país en una ciudad tomada y en un acto de resistencia generador de esperanza.

En las plazas se tejen las juntadas, en las escuelas los talleres, la noche es fiesta callejera y la calle es marcha. En esa armazón se fundan las ciudades que una vez al año reciben a les encuentreres. En definitiva, el Encuentro es casa común y lengua propia que los transfeminismos vienen construyendo desde 1986, cuando en Buenos Aires, mientras el presidente Raúl Alfonsín le hablaba a 100 mil personas sobre cómo modernizar la patria en la Plaza de Mayo y Carlos Menem agitaba a peronistas con próximos candidatos a elecciones en Plaza Once, en el Teatro San Martín, en medio de estos dos actos, 1000 mujeres se encontraban para discutir política desde una perspectiva propia. Fue un 25 de mayo.

Esta vez, en pleno octubre primaveral, la sede elegida es tierra Mapuche. Ya sucedió que en el 99´y 2011 el Encuentro se realizó en Bariloche y también fueron años electorales. Cada lugar se define el año anterior por ovación en el cierre. La elección de esta sede tiene su origen en un hecho que ocurrió el 4 de octubre de 2022 cuando siete mujeres de la comunidad Lafken Winkul Mapu fueron detenidas en Villa Mascardi luego de una represión y desalojo. Este hecho sucedía en simultáneo a la inauguración del Encuentro número 35 en la provincia de San Luis. Entre las mujeres había una embarazada de 40 semanas y la prima de Rafael Nahuel, asesinado en 2017 en una represión en la misma comunidad. Fueron llevadas intempestivamente al penal de Ezeiza en un procedimiento comandado por el ministro de Seguridad Aníbal Fernández y la jueza federal Silvina Dominguez. El repudio a este hecho costó la renuncia de la en ese entonces Ministra de mujeres, género y diversidades Elizabeth Gómez Alcorta.

Lolita Chávez en el histórico 2019, en La Plata.

Años de encuentros

En el libro “Mujeres que se encuentran. Una recuperación histórica de los Encuentros Nacionales de Mujeres en Argentina (1986-2005)”, Amanda Alma y Paula Lorenzo hacen un recorrido y una memoria detallada de los encuentros y dicen en la introducción: “Recuperar la historia de nosotras mismas como colectivo de lucha es parte de la tarea que emprendimos y emprendemos cada vez que una mujer dice basta, cada vez que una de nosotras aborta, cada vez que se libera o deja de “naturalizar” las violencias que recibe por lesbiana, travesti, por ser pobre, por ser quien es”. El material es digno de ser explorado, cada año el encuentro tiene un pulso imposible de disociar de la coyuntura política y económica del país. En 2001, por ejemplo, la sede fue la Ciudad de La Plata. Los hogares comandados por mujeres en ese año, según el INDEC, era del 27,5 por ciento: “Estos datos materializan la idea de ´feminización de la pobreza` en donde cada vez más, las mujeres se hacen cargo del sustento económico de sus casas pero en la redistribución del ingreso se ven significativamente más perjudicadas”.

En ese encuentro en la ciudad capital hubo 15.000 participantes y en el acto de apertura se hizo mención directa a la crisis que estaba atravesando el país por las políticas de ajuste y desmantelamiento del Estado impulsadas por el ex presidente Carlos Menem: “Hacemos este encuentro en una situación dramática en una Argentina que ha tocado fondo, destruida no por una guerra sino por malas políticas”.

Gabi Santinelli de La Tortiteca viaja a Bariloche con seis amigas desde Rosario: “lo venimos organizando cuando volvimos de San Luis el año pasado. Todos los años nos pasa lo mismo, no alcanzamos a volver del Encuentro que ya soñamos con el que sigue” dice. Para ella la importancia de este Encuentro en la coyuntura actual es poner en primer plano la necesidad de delinear estrategias horizontales y creativas para la resistencia al avance de la ultraderecha, la crueldad y el horror que implicaría un posible gobierno de Milei o Bullrich. Pero también de volver a disputar sentidos en relación a la importancia del sistema democrático, aún con sus deudas, teniendo en cuenta la potencia que tenemos para pensar y activar desde los feminismos disidentes sexo genéricos, antipunitivistas y decoloniales” explica.

El Encuentro de 2016, realizado en la ciudad de Rosario y en plenas funciones del gobierno de Cambiemos encabezado por Mauricio Macri, fue de una convocatoria desbordante. Casi 100 mil participantes en 45 cuadras de movilización. En aquel momento, el entonces ministro de Seguridad Maximiliano Pullaro y actual gobernador electo en Santa Fe por Juntos por el Cambio, aseguraba que las mujeres “iban a quemar la Catedral”. 

De esa manera se justificaba la represión al final de la marcha, algo que ya había ocurrido el año anterior y por primera vez en el Encuentro de Mar del Plata: “A mí me parece que esto fue una provocación, la comisión organizadora había hablado para que no hubiera nadie en la Catedral, pero había personas rezando y eran militantes de la ultraderecha. Había también policía, cuando habíamos acordado que no hubiera. Nos extraña y nos sorprende enormemente que Pullaro haya dicho que íbamos a quemar la catedral. Esto se une con un hilo muy fuerte con la ultraderecha, y es muy peligroso. Para justificar la represión dice que queríamos quemar la catedral ¿De dónde sacó esa información? Jamás dijimos eso” explicó Mabel Gabarra en diálogo con Las12 en aquel 2016.

La fiesta está servida

Con la emoción de recibir a miles, la Comisión Organizadora de este año viene trabajando desde noviembre de 2022 para hacer de la autogestiva una fiesta:“el sábado 14, domingo 15 y lunes 16 de octubre se lleva adelante este mega evento de manera autoconvocada, autónoma, autogestiva, plural, plurinacional, federal, horizontal y democrática. El lema será: “hacemos historia en la unidad de nuestra diversidad” dijeron desde la Comisión Organizadora en conferencia de prensa esta semana.

En estos tres días habrá 112 talleres con 16 ejes, cientos de actividades culturales y artísticas, dos marchas, ferias e intervenciones callejeras. El cronograma completo, toda la información logística y la app del Encuentro están disponibles en la web.

La Comisión Organizadora está conformada por 200 personas que vienen realizando una enorme labor durante estos últimos 11 meses. Durante ese tiempo tuvieron conversaciones con las cámaras de comercio, las distintas instancias gubernamentales y les habitantes de la ciudad para poder transmitir la importancia del Encuentro y lo que significa por un fin de semana duplicar la población actual de Bariloche, que además en 2016 fue declarado “Municipio Intercultural”, un reconocimiento a que la ciudad de San Carlos de Bariloche se encuentra asentada sobre el territorio que habita desde siempre el Pueblo Mapuche y demás pueblos originarios de la región, pre existiendo a cualquier tipo de organización estatal.

Furiloche y la lucha por la tierra

Una de las claves de este Encuentro es que se realiza en la provincia de Rio Negro en donde 162 comunidades mapuche están en conflicto por la tierra. Felisa Curamil es parte de la Comisión Organizadora y también lo fue en el 99´ y en el 2011: “En el caso de nosotras, las mapuches, en el 99´ teníamos curiosidad por saber de qué se estaba hablando, porque eran cuestiones que no se hablaban para adentro, ni en las familias ni en las casas. Respecto a la lucha por los territorios no se daba como se da ahora, pero sí habíamos hecho un recorrido de reconocimiento jurídico e identitario” explica en diálogo con Las12.

En el 2011 también formó parte de la Comisión Organizadora, para ese tiempo, según ella, el contexto político había cambiado: “En el 99´ todavía se escuchaba eso de que las mujeres se juntan y son todas unas locas. En el 2011 eso ya no estaba, se había avanzado mucho más en términos de derechos y en términos de militancia”. Respecto a este Encuentro, su tercero como parte de la Comisión Organizadora, resalta que hay un peligro latente en materia de derechos de las mujeres: “Eso ha salido a la luz en el último tiempo, cosa que en el 99´ y 2011 los contextos eran más de reivindicación” dice.

Felisa Curamil fue parte de las CO del año 99, 2011 y 2023

Felisa forma parte de mujeres mapuche witralein pu zomo (las mujeres nos estamos levantando) y es representante en el Parlamento del Pueblo Mapuche: “Nos organizamos con la llegada de la democracia, hace 40 años. Se construyó con muchas personas mayores que hoy no están, autoridades ancestrales que siempre estuvieron preocupadas por el tema de la tierra, y cuando llegó la democracia no dudaron en que lo que había que hacer era organizarse para defender la tierra”. La abuela de Felisa vivió la conquista del desierto y falleció en el 2001 con 103 años: “Siempre me dieron ganas de seguir el camino de lucha del que tanto me habían hablado mi mamá y mi abuela. Y esa lucha era la lucha por el territorio”.

La coordinadora del Parlamento Mapuche está reconocida por el decreto 310 por parte de la provincia de Río Negro y está compuesta por mas de 140 comunidades. Se juntan tres veces al año y se acuerdan qué políticas se van a llevar adelante: “La lucha por la tierra es una lucha histórica, la mayoría de quienes resisten en los territorios son las mujeres con sus hijes” afirma Felisa y agrega: “La zona andina tiene territorios muy codiciados, hay intereses por el agua, interés inmobiliario e interés político. Acá entonces, se da mucho la resistencia en territorio y sobre todo la resistencia de mujeres con sus niños que han sido desalojadas y privadas de su libertad”.

En junio de este año se liberaron a las cuatro mujeres mapuches que continuaban detenidas por el desalojo en Villa Mascardi. Fue una resolución del Tribunal Federal de General Roca en un acuerdo entre el Estado Nacional y la comunidad Lafken Winkul.

Jéssica Bonnefoi Carriqueo Antimil, madre de cinco hijos, integraba la comunidad Lafken Winkul Mapu cuando la justicia federal ordenó su detención en octubre de 2022 en el mismo operativo de Villa Mascardi. En este momento se encuentra en prisión domiciliaria y las organizaciones que la acompañan exigen su libertad y denuncian su condición de presa política.

La mística y el volver a enamorarse

En el Encuentro en Mar del Plata de 2015 todavía no estaba aprobada la ley de interrupción voluntaria del embarazo, hacía pocos meses se habían abierto los portales de un capital político con el primer Ni Una Menos el 3 de junio. En ese entonces, una voz colectiva decía “basta” y le ponía el cuerpo a demandas y reclamos que confluyen, se renuevan y convergen: “En relación a los Encuentros siempre hay una mística. Ver a compañeras que van por primera vez y regresan a sus lugares de orígen mucho más fortalecidas, con más herramientas, con más conocimiento. Más enamoradas de la militancia colectiva” dice Georgina Orellano, referente de AMMAR (Asociación de Mujeres Meretrices de Argentina). Resalta también cómo la crisis impacta en los bolsillos y en la participación de este Encuentro: “Este año tenemos el número más bajo de participación en nuestra organización. Más allá de eso es un buen momento para recuperar el debate, poder escuchar las experiencias de cómo las compañeras transitan el contexto económico actual, la deuda, la imposibilidad de acceder a una vivienda y la precariedad cotidiana. Lo agobiante que es tener que trabajar un montón de horas al día y seguir siendo pobre” dice Orellano.

Nómadas Comunicación Feminista es una cooperativa de trabajo en territorio Mapuche, participaron del Encuentro en Trelew 2018 en donde finalmente dejó de ser nacional para ser plurinacional: “Recibir el encuentro este año, en nuestro territorio de vida y de trabajo es importante porque es una manera de visibilizar las luchas en las que nos venimos involcurando, especialmente la lucha por el agua y la tierra” dicen desde la cooperativa y agregan: “los encuentros nos fortalecen en reconocernos y en escucharnos. Es fundamental poder saber qué está pasando territorialmente en todo el Abya Yala y poder vernos en historias y en memorias compartidas que sin dudas son lugar de resistencia”.

Reagrupar y encontrarse en lo que de verdad existe: un tiempo y un lugar común. Bariloche-Furiloche será este fin de semana escenario de uno de los pogos transfeministas más grandes, un lugar en el mundo para refugiarse de la crueldad, un aire de montaña frente al cansancio que no cesa. Será la oportunidad de contemplar el paisaje y seguir insistiendo con la pregunta por la vida que queremos.  

Trelew 2018