El equipo argentino de la Copa Davis cumplió el objetivo, a cien años del debut oficial en la competencia por equipos más prestigiosa (fue derrota 4-1 ante Suiza en Ginebra en 1923): los doblistas Andrés Molteni (9º del mundo) y Máximo González (10º) superaron 6-4 y 6-3 a Edas Butvilas y Tadas Babelis para sellar el triunfo 3-0 ante Lituania en el Buenos Aires Lawn Tennis Club (Tomás Etcheverry fue el 89° jugador argentino en la ensaladera: completó el 4-0 con un triunfo 6-2 y 6-4 ante Butvilas), una victoria que le aseguró el regreso a los Qualifiers de enero de 2024 –la instancia que otorga el acceso a las Finales–.
Después de una positiva primera jornada, con las sufridas victorias de Francisco Cerúndolo y Sebastián Báez, el capitán Guillermo Coria cosechó su primer éxito en un año y medio –sólo había ganado en su debut ante República Checa, en marzo de 2022– y, con vistas a la próxima ronda, cuyo rival se conocerá tras el sorteo del próximo 26 noviembre, parecía mantener la esperanza de extender su ciclo en la silla.
El Mago tenía la firme convicción de continuar al frente del equipo al menos un año más. Pero su futuro es incierto. Finalizada la serie en el BALTC se puso en duda: “Voy a tomarme unos días para pensar si le puedo seguir aportando al equipo. Más allá de si los dirigentes me dicen que puedo seguir un año más o saber si los jugadores lo piden, quiero hablar con mi cuerpo técnico y conmigo mismo”. Meses atrás incluso tenía la suerte echada: las visibles falencias que exhibió en la conducción del vestuario durante la fase de grupos de las Finales en Bologna, en septiembre del año pasado, lo habían dejado muy expuesto.
Hubo reproches por el armado de la formación y hasta un doblista que no quiso jugar con una serie definida: debió interceder Agustín Calleri, el presidente de la Asociación Argentina de Tenis (AAT), cuando no es común que los dirigentes se involucren en temas internos. La cúpula, entonces, ya no quería un capitán de alto perfil que haya integrado La Legión, la mejor camada de tenistas argentinos de la historia –venía de la paupérrima etapa de Gastón Gaudio–.
El tiempo pasó y, ya lejos de aquel ruido, las puertas se abrieron a diversas posibilidades. Coria tenía, hasta algunas horas atrás, una sola certeza: el próximo mes viajaría con la delegación a los Juegos Panamericanos de Santiago de Chile. Su contrato, por el momento, dura hasta fin de año. Pero tampoco puede pensar más allá. Durante la semana copera ante Lituania el ex número tres del mundo había mostrado su propia chapa. “Yo también soy dirigente. La verdad es que no hablé (con los directivos) y la intención es seguir un año más. Estoy enfocado en ganar acá y después hablaremos”, dijo quien, además de capitán, ocupa un cargo como vocal titular en la comisión directiva.
Con el correr de las horas, sin embargo, decidió ablandar el discurso: “Siempre soñé con ser capitán de la Asociación Argentina de Tenis. Creo que estoy preparado y tenemos un equipo en etapa de recambio. Nosotros estamos para aportar y el día que nos toque irnos nos vamos a ir felices y con la certeza de haber dejado algo”.
Con el devenir abierto, más allá de que Coria permanece en el cargo, ya comenzó la danza de nombres de cara a 2024. Las alternativas son de lo más variadas. En las entrañas de la AAT ya recibieron, en este sentido, algunas autopostulaciones para conducir el equipo desde el próximo año, con un seductor incentivo: Argentina, con un equipo de gran potencial, estará a un paso de disputar las Finales.
Uno de los candidatos fuertes es Fabián Blengino, de muy buena relación con Calleri. Entrenador de extensa trayectoria, fue coach del actual presidente y, vaya ironía, acompañó el camino del propio Coria a la final de Roland Garros 2004. Ya avisó que está disponible para agarrar. El viernes por la noche, a horas del inicio de la serie ante Lituania, surgió un anuncio de llamativo timing: Guido Pella, que trabajó con Blengino en su último regreso al circuito esta temporada, confirmó su retiro del tenis profesional. Consumada la victoria contra los lituanos el campeón de la Davis 2016 recibió un homenaje y contó: “Si hay algo que me motiva en el tenis es la Copa Davis: si algún día puedo me gustaría formar parte, aunque sea como aguatero”.
También hubo otros dos entrenadores de menor perfil que se comunicaron con los dirigentes para ofrecer sus servicios. Uno de ellos es Hernán Gumy, de gran recorrido en el circuito como jugador y director de su academia desde hace años. El Titán, ex 39º del mundo, disputó ocho series durante la “década infame” del tenis argentino, cuando emergía como el único top 100 nacional del ranking de la ATP mientras el equipo copero deambulaba por las zonas continentales.
Otro de los postulantes es Andrés Schneiter. Entrenador de largo camino en el tour, el Gringo atraviesa su segundo ciclo con el chileno Cristian Garin (103°; ex 17°). En los últimos tiempos trabajó con Federico Coria, el hermano menor del Mago, y su etapa más marcada tiene recuerdo directo con un ex jugador top: fue el coach de Mariano Puerta en Roland Garros 2005, en cuya final el cordobés –perdió contra Rafael Nadal– arrojó positivo en el control antidoping por presencia del estimulante etilefrina, prohibido por la Agencia Mundial Antidopaje (AMA) y la Federación Internacional de Tenis.
En los pasillos del BALTC, durante los últimos días, surgieron otros dos nombres, acaso con un poco más de peso propio en términos de conocimiento “mediático”. Uno de ellos es el de Juan Ignacio Chela, el ex 15° del mundo que tiene un buen vínculo con Mariano Zabaleta –vicepresidente de la AAT y miembro de la mesa de decisiones de la Davis–, quien esta semana anunció el final un exitoso vínculo de siete años con Diego Schwartzman y que, a partir de ahora, seguirá como coach de Juan Manuel Cerúndolo (91°).
El último que comenzó a merodear en el ecosistema de la Davis es, sin dudas, el más gravitante: David Nalbandian. Tres veces finalista del mundo con el equipo argentino, el cordobés jugó 50 partidos por la ensaladera entre 2002 y 2013. Cuenta con dos activos, en caso de correr su chance.
Mantiene, en primer lugar, una muy buena relación con todos los dirigentes de la AAT, además de emerger como una figura única. Y, como nunca tuvo la intención de ser entrenador full time –su única experiencia fue con el serbio Miomir Kecmanovic, con sólo algunas semanas al año–, la carga temporal de la capitanía de la Davis sería ideal. En sus redes sociales celebró el triunfo argentino: “Felicitaciones a todo el equipazo”, escribió junto a una publicación de la AAT. ¿Habrá aroma a cambio de ciclo?
El retiro de un héroe copero
El bahiense Guido Pella, uno de los héroes en la conquista de la Copa Davis 2016 por primera y única vez en la historia para el tenis argentino, recibió un homenaje luego de haber anunciado su retiro del profesionalismo a los 33 años.
“La Davis fue lo mejor que me pasó en mi carrera; no había tomado real dimensión de ese logro, pero ahora que pasó el tiempo y miro hacia atrás lo valoro. Es lo máximo, sin dudas”, analizó el ex 20° del mundo, una de las piezas del inolvidable plantel conducido por Daniel Orsanic, el único capitán campeón.
Política internacional, futuro abierto
Este martes Agustín Calleri viajará a Cancún, México, para formar parte de una asamblea general que resultará muy importante en la Federación Internacional de Tenis: las elecciones ejecutivas del próximo domingo 24 de septiembre.
El estadounidense David Haggerty, actual presidente y principal impulsor del histórico cambio de formato de la Copa Davis en 2018, pretende revalidar su mandato frente a Dietloff von Arnim, el titular de la Federación Alemana de Tenis y candidato opositor. Su postulación viene acompañada por Giorgio di Palermo, un ex tour manager de la ATP que, en caso de ganar, se transformaría en el CEO de la ITF.
“Creo que el liderazgo en el tenis tiene que cambiar. Debemos hacerlo mejor y creo que podemos. Mi objetivo es garantizar que la ITF rinda cuentas de nuestras decisiones y que nuestros torneos, en todos los niveles de juego, sean seguros desde el punto de vista financiero”, había manifestado el alemán de 63 años, cuya meta es convertirse en el conductor del órgano internacional para el mandato 2024-2028.
La Copa Davis aparece como un foco de atención en esta pelea política. Tras la salida de Kosmos, la empresa de Gerard Piqué que había modificado la forma de juego de la ensaladera junto con Haggerty, el futuro del formato es un enigma. En aquel cambio la Argentina tuvo un papel clave: en la asamblea de Orlando, en agosto de 2018, la AAT, con la presencia del vicepresidente Zabaleta, otorgó su voto a favor del cambio de formato -necesitaba dos tercios y sacó 71,43 por ciento-.
¿Por qué la Argentina ostenta peso propio entre las federaciones miembro? El sufragio nacional es de segundo orden calificado: aporta nueve votos, sólo por debajo de los doce que tienen Estados Unidos, Francia, Inglaterra, Australia –los cuatro países organizadores de los Grand Slams– y Alemania. Por eso, también, la posición argentina resultará preponderante en la elección presidencial.
Lo dejó en claro el propio entorno del candidato alemán: desde su dispositivo político ya se comunicaron con los dirigentes argentinos para peusuadir ese voto. Al interior de la AAT sostienen que las propuestas no quedan del todo concretas y que, en todo caso, conocerán los detalles ya en Cancún.