“Lo que diferencia a Fito de otro músico es que es un artista. Cuando pensás en un artista pensás en Da Vinci, no en un tipo que toca bien el piano o la guitarra. Pero el tipo hace discos, películas, escribe libros, compone, canta y hasta actuó. Te puede gustar más o menos, pero todo lo que hace, lo hace bien. Es un artista integral”.
El que habla es Sergio Rébori, alma mater del Museo Rock Rosario y uno de los curadores junto al periodista Horacio Vargas de “Recuerdos que no voy a olvidar”, la primera muestra-homenaje en la Argentina sobre la vida de Fito Páez, que se desarrollará desde hoy, viernes 8 de septiembre, hasta el domingo 8 de octubre en el Salón de las Miradas de la Ciudad Cultural Lavardén (Mendoza 1085), que se podrá visitar de lunes a viernes de 10 a 19, con entrada libre y gratuita, auspiciada por el Ministerio de Cultura de la provincia.
El acto inaugural se realizará hoy, a las 19, con la presencia de la vicegobernadora de la provincia Alejandra Rodenas, del ministro de Cultura Jorge Llonch y del subsecretario de Gestión Cultural, Javier Armentano. Los tres son generacionales de Fito y son parte de la muestra: Llonch aparece junto a Páez en una foto de los últimos 70 en los tiempos de El Banquete, Rodenas -esposa de Llonch- en una más actual (es amiga de Fito desde aquellos años) y Armentano era el dibujante histórico de todos los afiches de rock local de los primeros 80.
La Capital llega en medio del armado de la muestra, con fotos en el piso, algunas en la pared con un marco especial, hay programas de la época hechos en letraset, hay un cuadro con la chapita con el número 681, que es la original que estaba en la casa natal de calle Balcarce. “La sacó un fan con un destornillador y la donó para el museo”, cuenta Rébori.
Y recortes de revistas, reportajes de Escenario del diario La Capital, posters de la Gente, de la Pelo, de la Canta Rock y también de la Suburbio, de barrio La Guardia. “Debe ser una de las primeras entrevistas que dio, fue después del recital en Obras de la Revista Humor (N de la R: es el que se hizo en contra del show de Frank Sinatra producido por Palito Ortega y donde se conoció a Baglietto por primera vez en Buenos Aires), tiene cinco páginas la nota, es una revista independiente de la ciudad”, detalla el curador.
Allí, un Fito de 18 años, contaba: “Rosario es una plaza con mucha fuerza, hay músicos y compositores de buen nivel, si tuvieran la difusión que merecen….Eso del miedo de la primera vez a mí no me pasa, si me pasara directamente no subiría, no me comprometería a subir sabiendo que no podría. Hablando de esto, la pasé bastante mal en Obras con Baglietto cuando toqué «La vida es una moneda» en el Encuentro de Música Popular Argentina. Se nos pararon 3000 personas, imaginate acostumbrado acá a tocar ante 200 o 300, hacer copar a 3000 personas, me temblaba la gamba”. El texto, mirado en retrospectiva y considerando la dimensión ya internacional de Páez adquiere un significado aún más revelador.
“La muestra sobre Fito Páez reúne una excepcional colección de fotos, dibujos, afiches, programas de conciertos, discos en vinilos y casette, arte original de cd’s y mucho más. Es una apuesta museográfica con souvenir de afectos y recuerdos memorables. Una línea de tiempo que conecta con la ciudad que siempre estuvo cerca”, dice Horacio Vargas, quien es el autor de la primera biografía de Fito “La vida después de la vida”, que tuvo recientemente una segunda versión, reescrita, actualizada y con más información, ambas editadas por Homo Sapiens.
Entre las fotos que recorren la vida de Fito sobresalen las caseras, algunas aportadas por Raúl Giovagnoli y Fabiana Silberstein, las del viaje de estudios a Bariloche con sus compañeros y compañeras de la Dante Alighieri, una tocando la guitarra en medio de una pared con afiches rotos en su altillo de calle Balcarce; y otras de profesionales reporteros gráficos de Rosario, entre los que se destacan Nora Lezano, Alejandro Lamas, Alejandro Guerrero, Sebastián Granata, Alberto Gentilcore, el entrañable Daniel Dapari, Gustavo Villordo y Sebastián Suárez Meccia, especialmente cuando trabajó en la película de Páez, filmada en Rosario, “De quién es el portaligas”.
Mientras hacía la recorrida con La Capital, Rébori detalló que esta muestra la tenía en mente desde hacía mucho tiempo y que el objetivo es que no quede sólo en Rosario, sino que pueda hacer un circuito primero en la provincia y luego por todo el país. “Traté de focalizar en aquello que no se conoce tanto. Mirá, este es el afiche del famoso festival que gana Staff, y que en la serie de Fito que salió por Netflix se ve que Baglietto y Goldin lo felicitan porque ellos eran jurado de ese encuentro que se hizo en los 80 en el Club Rosarino Estudiantil. No es solo un afiche, es un documento”, agrega entusiasmado. Y trascartón muestra una foto de Charly del show de La Máquina de Hacer Pájaros del 7 de agosto de 1976 en el Astengo. “Lo pusimos porque siempre Fito dice que este es el recital que le cambió la vida”, recordó.
En otro espacio de las distintas islas temáticas que están en la sala aparee una foto de Fito en blanco y negro de 1979, cuando ensayaba con los músicos de Neolalia en la zapatería Murias, y uno de los programas de los únicos dos shows que dio la banda, uno en Empleados de Comercio y el otro en Lavardén, casualmente el mismo espacio de esta muestra.
“Mirá de quién es esta firma”, dice Rébori. Y se refiere a una hecha de puño y letra del mismísimo Flaco Spinetta. “Esto es un hallazgo, lo donó alguien que se ve que fue a un recital del Flaco de Spinetta Jade en los 80, antes de que lanzaran el primer disco. La firma está hecha en el primer número de la revista Rocksario, que hacía Daniel González, y está al lado de una foto de Fito, a quien le habían hecho justo un reportaje. Quién iba a decir que ese pibito iba a llegar a tocar y grabar con su ídolo seis años después”, dijo Rébori.
Y Horacio Vargas concluye: “Recuerdos que no voy a olvidar” resume con imágenes y documentos gráficos -la mayoría de ellos inéditos- los primeros treinta años de vida de Fito Páez. Es un material excepcional que vale disfrutar. Cuando Fito Páez canta: «Recuerdos que no voy a borrar/ personas que no voy a olvidar» y «hay cosas que no voy a olvidar» está hablando de Rosario y del mundo que le tocó recorrer. Pasen y vean”.