San Lorenzo goleó 4-1 a Estudiantes de Mérida (Venezuela) en el estadio Pedro Bidegain, por la última fecha de la fase de grupos de la Copa Sudamericana: Adam Bareiro por duplicado, Malcom Braida y Nahuel Barrios convirtieron los goles del Ciclón, que logró el milagro y pasó de ronda; Luis Arenas marcó para los venezolanos.
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El San Lorenzo de los milagros. El del Papa Francisco pero también de Rubén Darío Insua. El de los pibes del club y los que volvieron para reflotar deportivamente al club. Hizo los deberes, recibió una ayudita, y consiguió el objetivo: pasar de ronda. Parecía que se le frustraba después de un par de resultados injustos. Pero la justicia le llegó toda junta, y con ella la emoción de un Bidegain explotado.
Para San Lorenzo la tarde noche arrancó negra, porque al minuto de juego Estudiantes de Mérida lo sorprendió y se puso en ventaja gracias a un centro que parecía inofensivo, pero que por un error de Giay le quedó mansita a Arenas para que la empuje a la red. De entrada, el panorama se le hacía cuesta arriba a un equipo que ya de por sí jugaba sabiendo que necesitaba un milagro.
Pero el Ciclón de Insúa, que puede no jugar tan bien, pero que lo compensa con sacrificio y entrega, logró bajar un cambio y poner la pelota en el piso para empezar a tocar, porque jugadores de buen pie tiene. Quien se hizo cargo fue Agustín Martegani, pero la zona donde logró lastimar el local fue el costado izquierdo, con el tándem entre Leguizamón, Barrios y Braida.
El nerviosismo -y la obligación de ir para adelante- dejó a San Lorenzo varias veces desordenado atrás, y así se fue llenando de amarillas. Pero del mismo modo, también empezó a empujar y empujar, con centros y con triangulaciones hasta profundizar por las bandas y terminar por el medio.
San Lorenzo necesitaba convertir antes del entretiempo, y lo logró en el final de la primera etapa, con un penal que le cometieron a Giay, y que tras una discusión entre Federico Gattoni y Adam Bareiro por ver quién pateaba, el paraguayo terminó cambiando por gol. En la última, el arquero le atajó un gran cabezazo al delantero, que estaba encendido.
Y a los 10′ del complemento, luego de un comienzo donde Estudiantes de Mérida parecía estar un poco mejor acomodado en el campo, Bareiro nuevamente se anotó en el marcador cabeceando un tiro de esquina bien ejecutado por Martegani. Le pedían goles y cumplió. Al mismo tiempo, Fortaleza le ganaba 1-0 a Palestino y le daba una manito al Ciclón, que iba embalado por la épica.
Y después de un par de intentos que no pudo concretar, Malcom Braida sacó un latigazo desde afuera del área que tomó un raro efecto y se clavó en el ángulo. Merecido premio para uno de los soldados de hierro del Gallego. En ese mismo instante, los brasileños metieron el segundo. Pero Insua no quería relajamiento y San Lorenzo debía seguir en esa tónica. Un minuto después, el ‘Perrito’ Barrios se jugó la individual y definió de zurda para firmar el cuarto, el de la tranquilidad.
Sin embargo, el panorama seguía abierto, porque Palestino descontó por lo que San Lorenzo no podía recibir un gol, ni mucho menos que los chilenos empaten su partido. De todos modos, ni los trasandinos igualaron, ni los venezolanos descontaron, y cuando el boliviano Gery Vargas pitó el final el Bidegain explotó. Lágrimas en los ojos de Gattoni, quien jugó su último partido en el club que lo vio nacer.
Insua había reconocido en la previa que a su equipo le estaba costando mucho generar ocasiones y convertir goles. Fue el caso, porque tardó 40 minutos. Pero se destapó en el momento justo y consiguió así una nueva hazaña: ahora esperará rival, que llegará desde la Copa Libertadores, para los playoff por un lugar octavos de la Sudamericana.